jueves, 17 de abril de 2014

SALIDA DIA 09 - 04 - 2014 : HUETO ARRIBA - UNDAGANA

EL BASILISCO DE URRIALDO

En Martioda de Araba existe un barrio llamado Urrialdo que hace muchos años estaba muy poblado, tenía numerosas casas y era un lugar próspero y rico. Un día, sin embargo, ocurrió algo que angustió y acabó con la alegría de los habitantes de Urrialdo. Una serpiente robó un huevo de gallina y lo empolló. Llegado el momento, el huevo se rompió, y de él salió un basilisco. Tenía el tamaño de un gato, su cabeza parecía la de un gallo con dientes, su cuerpo era de serpiente, tenía unas alas llenas de espinas y su cola era larga y puntiaguda como una lanza.
El basilisco es el animal más terrible que existe, y sus armas son sus ojos y sus dientes. La mirada del basilisco es mortal, hace que las plantas se marquiten, que los árboles se sequen y que los pájaros caigan el pleno vuelo. La única planta capaz de resistir su mirada es la "hierba de gracia" (boskoitza), que cura las heridas causadas por los dientes de basilisco. Y sólo hay dos animales capaces de vencerlo: el gallo y la comadreja. El horrible animal muere al oír el canto de un gallo o cuando una comadreja le da un mordisco. Pero los habitantes de Urrialdo no lo sabían.
El basilisco aparecío un buen día en el pozo, sentado encima de un tronco que flotaba en el agua. Las primeras en verlo fueron dos mujeres que se acercaron a lavar la ropa.
-¿Qué es eso que hay en medio del agua?- pregunto una.
-Pues..., no sé... Yo diría que es un gallo...- respondió la otra.
-¿Un gallo en medio del agua?¿Dónde se ha visto algo igual?
En eso, el basilisco clavó su mirada en ellas, y dos segundos más tarde estaban muertas. El monstruo desaparecío.
Nadie podía explicar aquellas muertes, y el temor empezó a apoderarse de los habitantes de Urrialdo cuando, al día siguiente, apareció un hombre muerto, y luego otro, y otro...
Todas las muertes tenían lugar cerca del pozo, pero nadie había visto nada raro, así que decidieron mandar a un mozo para que vigilase. Aún no había amanecido y el joven se subió a un árbol y esperó, oculto entre las ramas.
Cerca del mediodía, vio un carruaje que se acercaba por el camino del pozo. Los viajeros contemplaban el paisaje y hacían comentarios sobre las casas. En eso, se fijaron en el lago y al instante, emergiendo entre las aguas, apareció el basilisco. Su mirada se clavó en el carruaje y, antes de que el mozo que estaba en el árbol pudiera darse cuenta de lo que ocurría, el vehúculo y sus ocupantes desaparecieron. Martín se quedó con la boca abierta por el asombro, se frotó los ojos creyendo que estaba soñando, miró de nuevo al lago..., pero el basilisco había desaparecido.
Al enterarse de lo ocurrido, todos los habitantes de Urrialdo comenzaron a temblar de miedo. No sabían cómo luchar contra un ser tan poderoso y decidieron marcharse del pueblo, porque lo más importante era seguir vivos. Sólo unos pocos se atrevieron a quedarse allí.
Pero el tiempo pasaba, las casas abandonadas iban cayéndose de viejas y los que habían decidido quedarse eran cada día más pobres, porque tenían miedo a salir u encontrarse con el basilisco, y tampoco se atrevían a utilizar el agua del pozo. Los animaes andaban sueltos, tratando de encontrar comida porque sus dueños ya no se ocupaban de ellos. Cuando se acercaban al pozo para beber, aparecía el basilisco y los mataba con la mirada.
Un día, un viejo gallo al que casi ya no le quedaban plumas, se acercó al pozo. El basilisco aparecío y se lo quedó mirando, pero su mirada nada podía contra el viejo gallo, que también los miró, y así estuvieron durante un buen rato. Creyendo el gallo que aquel otro había ido a quitarle el puesto de jefe en el gallinero, cogió aire, hinchó el pecho y cantó tan fuerte como cuando era joven.
El basilisco se convirtió en estatua de piedra, se rompió en varior cachos y se huníó en el agua.
Nunca más se ha visto un basilisco en la región, pero los habitantes que se habían marchado no regresaron, y el pueblo de Urrialdo no volvió a conocer la prosperidad que una vez tuvo.

ITINERARIO :

Saldremos de la aldea de Hueto Arriba , por el Gr25 que pronto abandonamos para visitar las ruinas de Urrialdo, que leyendas aparte quedó abandonado a partir de un incendio en 1935 .
Encaramos la subida al monte Undagana y el regreso lo hacemos por el Barranco de la Oca, paso natural de la Llanada hacia el valle de Zuya.

1 comentario:

  1. Curiosa las leyenda del basilisco que nos viene de la cultura griega. La realidad es más prosaica, como siempre pasa con las leyendas, pero le dan un puntito mágico y atractivo. Buen paseo.
    Un abrazo,

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